Si no hay fallas de mercado en los mercados crediticios, el crédito se distribuirá de manera eficiente. Esto implica que los individuos cuyas inversiones arrojan mayores rendimientos deben tener la misma capacidad de obtener un préstamo que aquellos individuos cuyas inversiones arrojan rendimientos menores, y viceversa. Sin embargo, de acuerdo con el principio de rendimientos decrecientes.