Cuenta de inversión en México: requisitos, contratos y montos

¿Cómo abrir una cuenta de inversión?

Cuando alguien en México decide dar el primer paso en el mundo de las inversiones, lo más importante es acercarse a una institución financiera autorizada: puede ser un banco, una casa de bolsa o una operadora de fondos de inversión.

Después de conocer los productos que ofrecen (como Cetes, acciones, o fondos de renta fija o variable), y de tomar la decisión de comenzar a invertir, el paso siguiente es abrir lo que se conoce como un contrato de intermediación bursátil. Sin este documento, no podés realizar operaciones en el mercado de valores.

¿Qué es el contrato de intermediación bursátil?

Este contrato es un acuerdo legal entre el inversionista y la institución financiera (como una casa de bolsa), donde se autoriza a la entidad a actuar como intermediario en el mercado bursátil en nombre del cliente. En pocas palabras, es el documento que habilita a la institución para comprar y vender instrumentos financieros en tu nombre.

Entre los activos que pueden adquirirse bajo este contrato están los Cetes, Bondes, acciones mexicanas o extranjeras, fondos de inversión, ETFs, entre otros. Todos los títulos quedan resguardados en el Instituto para el Depósito de Valores (INDEVAL), que es la entidad que lleva el control de la propiedad de los valores en México.

Además, tu asesor o promotora aparecerá legalmente como apoderado para ejecutar estas operaciones bajo el marco de este contrato, siempre conforme al tipo de acuerdo que firmes.

Tipos de contrato: ¿quién toma las decisiones de inversión?

El contrato de intermediación bursátil puede funcionar de dos formas, dependiendo del nivel de autonomía que se le quiera dar a la institución:

Contrato NO discrecional: Tú decides en qué instrumentos quieres invertir. El asesor te puede sugerir ideas, pero la última palabra siempre es tuya.
Contrato DISCRECIONAL: La institución tiene la facultad de tomar decisiones por ti. Es decir, el equipo gestor construye y administra tu portafolio sin necesidad de consultarte cada movimiento.

Este punto es crucial. Si estás empezando, probablemente prefieras tener el control (modo no discrecional), pero si no tienes tiempo o quieres una gestión activa, puedes optar por el modo discrecional.

Información que deberás proporcionar para abrir una cuenta de inversión

Al firmar el contrato, la casa de bolsa o entidad financiera te va a pedir datos básicos y financieros. Estos son algunos de los más comunes:

Nombre completo (persona física o moral)
RFC
Domicilio fiscal y dirección de contacto
Actividad económica u ocupación
Teléfono y correo electrónico
Información financiera: ingresos, patrimonio, nivel de experiencia en inversiones
Datos bancarios (para fondear tu cuenta)
Beneficiarios

Esta información no es solo para cumplir con requisitos legales, también ayuda a la institución a conocerte mejor y a ofrecerte productos adecuados a tu perfil de riesgo.

Ejemplo de contrato de intermediación bursátil

¿Qué documentos necesitas para abrir una cuenta de inversión en México?

Además del contrato principal de intermediación bursátil, hay varios documentos complementarios que deberás firmar para cumplir con la regulación mexicana y el perfilamiento adecuado como inversionista. Algunos de estos son:

Hoja de perfil del inversionista (donde se evalúa tu tolerancia al riesgo, horizonte de inversión, etc.)
Anexos de carteras sugeridas
Prospectos de inversión según los productos que vayas a contratar
Formulario W-8BEN, obligatorio si quieres comprar acciones o ETFs en Estados Unidos a través del Sistema Internacional de Cotizaciones (SIC)

Requisitos para abrir tu contrato de inversión

Abrir una cuenta de inversión en México no es nada complicado. De hecho, el trámite se puede hacer completamente en línea en muchas plataformas. Lo que necesitas es lo siguiente:

Identificación oficial vigente: INE, pasaporte o cédula profesional. Si eres extranjero, deberás presentar tu documento migratorio (FM3).
Comprobante de domicilio no mayor a 3 meses (puede ser recibo de luz, agua, predial o teléfono fijo).
CLABE interbancaria, que servirá para fondear y retirar recursos desde tu cuenta bancaria a tu cuenta de inversión.

¿Cuánto dinero se necesita para abrir una cuenta de inversión?

Esta es una de las dudas más comunes. La realidad es que ya no necesitas grandes cantidades de dinero para invertir en México. Hoy por hoy, existen casas de bolsa donde puedes empezar con $100 pesos. Otras, que ofrecen acceso a vehículos más sofisticados o personalizados, requieren montos iniciales de $1 millón de pesos o más.

Lo importante es que ya no hay barreras como antes: el mercado de valores mexicano se ha democratizado, y ahora cualquier persona con conexión a internet puede empezar a construir su portafolio, desde montos muy accesibles.

Casas de bolsa autorizadas en México

Todas las casas de bolsa en las que puedes abrir tu cuenta de inversión deben estar autorizadas y reguladas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Esta supervisión garantiza que tu dinero esté resguardado dentro del marco legal y que las instituciones cumplan con prácticas transparentes.

👉 ¿Cuáles son las casas de bolsa autorizadas en México?

¿Y si no quiero invertir en bolsa? Otros contratos de inversión disponibles

Además del contrato de intermediación bursátil, existen otros tipos de contratos de inversión en México. Acá te resumo los más comunes:

Contrato de inversión inmobiliaria

Ideal para quien quiere invertir en desarrollos, renta o compraventa de inmuebles. Este contrato establece los plazos, rendimientos esperados y condiciones de pago. Es frecuente en esquemas de crowdfunding inmobiliario.

Contrato de inversión de capital

Aquí se formaliza una aportación de dinero a un proyecto específico: puede ser una empresa, un emprendimiento, bienes raíces, etc. El contrato detalla el monto invertido, condiciones, plazos y posibles retornos.

Contrato entre personas físicas

Este tipo de contrato ocurre entre dos particulares, sin intermediarios institucionales. Aunque su estructura legal es similar a la de los contratos anteriores, su diferencia clave es que ambas partes son personas físicas. Incluye condiciones como interés pactado, fecha de devolución, penalizaciones y más.