
Entender cuánto ganas o pierdes realmente es tan importante como saber en qué estás invirtiendo. Ahí es donde entran las plusvalías y minusvalías, dos conceptos que cualquier persona que invierte en bolsa debe tener muy claros.
Más allá de la clásica compra-venta de acciones, estas variaciones en el valor de tus activos influyen directamente en la rentabilidad de tu portafolio y también en tu estrategia fiscal. Ignorarlas puede salir caro, sobre todo si estás pensando en el largo plazo.
Veamos exactamente qué significan y por qué deberías prestarles atención si inviertes desde México.
¿Qué es una plusvalía en bolsa?
Una plusvalía es la ganancia que obtienes cuando el valor de un activo financiero —como una acción o un bono— sube por encima del precio al que lo compraste.
📌 Ojo: no es una ganancia real hasta que lo vendes. Mientras no vendas, esa plusvalía es solo “en papel”.
Ejemplo práctico:
Compras acciones de Grupo Bimbo en $100 pesos y más adelante las vendes en $130. Ahí generaste una plusvalía de $30 pesos por acción. Pero si no vendes, no hay ganancia concreta, solo una variación en el valor de mercado de tus activos.
📌 Ojo: no es una ganancia real hasta que lo vendes. Mientras no vendas, esa plusvalía es solo “en papel”.
Ejemplo práctico:
Compras acciones de Grupo Bimbo en $100 pesos y más adelante las vendes en $130. Ahí generaste una plusvalía de $30 pesos por acción. Pero si no vendes, no hay ganancia concreta, solo una variación en el valor de mercado de tus activos.
¿Y qué es una minusvalía?
La minusvalía es justo lo contrario: cuando el valor de tu activo cae por debajo de lo que pagaste por él. Al igual que con la plusvalía, la pérdida solo se materializa si decides vender en ese momento.
Ejemplo sencillo:
Compraste acciones de una fintech mexicana en $80 pesos, pero el mercado no reaccionó bien a sus resultados trimestrales y ahora valen $60. Si vendes ahí, registras una minusvalía de $20 por acción. Si decides mantenerlas, la pérdida sigue siendo teórica.
Ejemplo sencillo:
Compraste acciones de una fintech mexicana en $80 pesos, pero el mercado no reaccionó bien a sus resultados trimestrales y ahora valen $60. Si vendes ahí, registras una minusvalía de $20 por acción. Si decides mantenerlas, la pérdida sigue siendo teórica.
¿Por qué son tan importantes las plusvalías y minusvalías?
Porque no solo afectan lo que ganas o pierdes. También tienen implicaciones fiscales en México, influyen en tu estrategia de rebalanceo de portafolio y te pueden servir para compensar impuestos, algo que veremos más adelante.
¿Cómo se pagan impuestos por plusvalías y minusvalías en México?
Tener ganancias en bolsa suena muy bien, pero no todo lo que ganas es para ti. Una parte se va directo al Servicio de Administración Tributaria (SAT). Por eso, entender cómo funciona la fiscalidad de las plusvalías y minusvalías en México es clave si estás invirtiendo en acciones, ETFs o cualquier otro valor listado.
Aquí te explico lo esencial de forma clara, para que no te agarre en curva al final del año.
¿Cómo tributan las plusvalías por inversiones en bolsa?
En México, las plusvalías por la venta de acciones o títulos valor están sujetas al Impuesto Sobre la Renta (ISR). El monto que pagas depende del tipo de inversión y si estás operando a través de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) o en mercados internacionales.
📌 Según el Artículo 161 de la Ley del ISR, estas son las claves:
- Tasa fija del 10 % sobre la ganancia obtenida por la venta de acciones que cotizan en bolsa mexicana, sin deducciones ni ajustes.
- Este impuesto se retiene directamente al momento de la operación si lo haces a través de una casa de bolsa regulada.
- Si inviertes en mercados extranjeros o a través de plataformas no residentes, tendrás que acumular esas ganancias en tu declaración anual y pagar ISR conforme a las tarifas generales.
Además, si operas de forma frecuente (swing o day trading), el SAT podría considerarte como persona con actividad empresarial, y eso cambia por completo tu régimen fiscal.
¿Y qué pasa con las minusvalías? ¿Se pueden deducir?
Sí, y aquí es donde muchos se olvidan de un beneficio importante.
Cuando vendes un activo con pérdida (una minusvalía), puedes usar esa pérdida para compensar otras ganancias que hayas tenido en el mismo ejercicio fiscal. Esto ayuda a reducir la cantidad de ISR que pagarías por tus plusvalías.
📌 Lo dice el Artículo 122 de la Ley del ISR y el Artículo 54 de su reglamento (RLISR):
- Solo puedes compensar ganancias y pérdidas del mismo tipo de ingreso, es decir, operaciones en bolsa con operaciones en bolsa.
- No puedes arrastrar minusvalías de un año a otro como sucede en otros países, salvo que tributes como persona moral o estés en un régimen fiscal especial.
- La compensación se realiza dentro de la declaración anual, así que es importante llevar un buen control de tus operaciones durante el año.
Tip para inversores
Si inviertes de manera constante, vale la pena llevar un registro detallado de todas tus operaciones: precios de compra y venta, fechas, comisiones y retenciones. Esto no solo te ayuda a presentar bien tu declaración, sino que también te da visibilidad real de tu rentabilidad neta.
¿Por qué es importante entender las plusvalías y minusvalías?
Las plusvalías y minusvalías no son solo términos técnicos de la bolsa; son piezas clave para tomar mejores decisiones de inversión y mantener tus finanzas en orden. Si ya inviertes en acciones, ETFs o fondos, comprender cómo y por qué se generan estas variaciones es esencial para proteger tu dinero y hacerlo crecer con inteligencia.
¿Cómo influyen en tu estrategia de inversión?
Administrar bien una cartera no se trata solo de comprar barato y vender caro. Es mucho más complejo. Entender cómo impactan las ganancias y pérdidas no realizadas (y realizadas) te ayuda a ajustar tu portafolio de forma inteligente.
- Diversificación con propósito: Si sabes cómo se comportan tus activos frente al riesgo, puedes diversificar de verdad. No es solo tener “de todo un poco”, sino equilibrar activos que reaccionen diferente ante las subidas o bajadas del mercado. Las plusvalías y minusvalías te dan señales claras de qué está funcionando y qué no.
- Rebalanceo estratégico: Con el tiempo, algunas inversiones crecen más que otras. Esa diferencia puede desbalancear tu portafolio. Las plusvalías te dicen cuándo tomar ganancias; las minusvalías, cuándo podrías reconsiderar o ajustar tu estrategia. Saber leer estas señales es vital para mantener tu portafolio alineado con tus objetivos.
- Visión a largo plazo: Los movimientos del mercado a corto plazo no deberían hacerte perder de vista lo importante. Entender que las minusvalías no siempre son malas (si se gestionan bien) y que las plusvalías pueden financiar nuevas inversiones o incluso parte de tu retiro, es clave para construir una estrategia de largo plazo más sólida.
¿Y en tu planeación financiera y fiscal?
Aquí es donde muchos se quedan cortos. Las variaciones en el valor de tus activos también tienen un impacto directo en tu declaración anual y en tu flujo de efectivo.
- Optimización de impuestos: Saber cómo usar las minusvalías para compensar ganancias o cuándo es mejor vender para no elevar tu carga fiscal, es parte de una estrategia fiscal inteligente. Muchos inversores en México aprovechan diciembre para hacer “harvesting de pérdidas” y así reducir su ISR del año.
- Planeación de ingresos: Si vendes activos con plusvalías, esos ingresos pueden servir para cubrir gastos, reinvertir o alcanzar metas concretas: desde pagar la universidad de tus hijos hasta adelantar el enganche de una casa. Pero también afectan tu nivel de ingreso anual y, por tanto, tu carga fiscal.
- Estabilidad financiera: Entender bien estos conceptos te da herramientas para proteger tu patrimonio en el tiempo. Por ejemplo, si estás pensando en formar un fondo de ahorro para el retiro, deberías considerar cómo aprovechar tus plusvalías sin descuidar el equilibrio de tu cartera, y cómo minimizar el impacto de minusvalías en los años previos al retiro.
👉 En pocas palabras: no se trata solo de cuánto suben o bajan tus acciones. Se trata de saber cuándo actuar, cómo ajustar y qué decisiones tomar para construir un futuro financiero más estable.