Durante los últimos años, el ascenso meteórico de un pequeño grupo de gigantes tecnológicos, las llamadas Magníficas 7: Apple, Microsoft, Amazon, NVIDIA, Tesla, Alphabet y Meta, ha generado una creciente preocupación entre los inversores. Estas empresas han llegado a concentrar casi el 30% del peso total del S&P 500, el índice más seguido del mundo. Esta situación ha traído de vuelta una pregunta que algunos habían olvidado: ¿qué ocurre si una o varias de estas compañías sufren una caída significativa?
Los índices tradicionales ponderados por capitalización bursátil (donde las empresas más grandes pesan más) amplifican precisamente ese riesgo de concentración. De esa inquietud surge una alternativa cada vez más popular: los ETFs de igual ponderación (Equal Weighted ETFs)
¿Qué es la igual ponderación y por qué se ha vuelto tan relevante?
La igual ponderación lleva años, pero ha tomado los reflectores recientemente. Consiste en asignar el mismo peso a cada acción dentro de un índice bursátil, sin importar su tamaño. Por ejemplo, en el S&P 500 Equal Weight Index, cada empresa representa aproximadamente el 0.20% del total del índice, frente al peso desproporcionado que las grandes compañías alcanzan en el S&P 500 tradicional.
Esto significa que una pequeña compañía industrial o de consumo puede tener la misma influencia en el rendimiento del índice que una multinacional tecnológica. El objetivo es claro: reducir el sesgo hacia las empresas más grandes y construir una cartera más diversificada y equilibrada, donde el desempeño no dependa de un solo grupo dominante.
Este enfoque responde a un problema que se ha vuelto más notorio con el paso del tiempo: la concentración del mercado. El nivel actual de concentración en EE. UU. es uno de los más altos desde 1950. De hecho, las diez mayores acciones del mercado estadounidense representan cerca del 19% de la capitalización total, pero aportan casi la mitad (47%) del beneficio económico agregado.
Cómo se construyen y rebalancean estos índices
La mecánica detrás de los índices de igual ponderación es sencilla de entender, aunque más costosa de implementar. Para mantener el mismo peso entre todos los componentes, se requiere un rebalanceo periódico (normalmente trimestral o semestral). Esto implica:
- Vender parcialmente las acciones que más han subido, ya que su peso dentro del índice se ha incrementado.
- Comprar más de las acciones que han bajado, restaurando así su participación original.
Este proceso automático genera un efecto contrarian que sería en inverso del factor momentum, ya que el índice vende lo que ha subido recientemente y compra lo que ha bajado. Aquí hay que hacer un matiz importante que es donde muchos se confunden porque caen en la falacia del apostador: lo que ha subido no necesariamente está caro, ni lo que ha bajado está necesariamente está barato.
En la práctica, este mecanismo actúa como una forma implícita de apuesta por la reversión a la media y también un poco por el factor “value”: porque se reduce la exposición a las compañías que han subido más y se aumenta la apuesta en aquellas que han quedado rezagadas. Sin embargo, también conlleva mayores costes de transacción internos, especialmente si se aplica en mercados poco líquidos o con empresas pequeñas. Por eso, los ETFs de igual ponderación funcionan mejor en mercados amplios y líquidos, como el estadounidense, y en específico de las 500 empresas más grandes.
Se ha mostrado que la misma estrategia no funciona bien y es muy costosa internamente en otros mercados.
Ventajas principales de los ETFs de igual ponderación
- Reducción del riesgo de concentración: Ninguna empresa domina la cartera, lo que limita el impacto de una caída brusca en una acción o sector. Este punto es clave en un entorno donde un puñado de tecnológicas controla una parte sustancial del mercado.
- Mejor diversificación: Mientras que un índice tradicional puede parecer diversificado por incluir cientos de acciones, en realidad los retornos dependen de unas pocas.
En la versión equal weight, los sectores como el industrial o el de consumo básico ganan protagonismo, equilibrando el riesgo sectorial. - Captura de ciclos de reversión a la media: Como los índices venden lo que más ha subido y compran lo que ha bajado o no ha subido tanto o se ha mantenido, tienden a beneficiarse cuando el mercado rota hacia empresas rezagadas. Esto explica parte del rendimiento superior histórico frente a los índices tradicionales en ciertos periodos.
- Mayor exposición a factores de “smallcap” y “value”: El rebalanceo sistemático aumenta la probabilidad de exposición a empresas medianas y a acciones infravaloradas, factores que, según la literatura académica, han ofrecido primas de rendimiento en el largo plazo. Pero aquí hay dos matices importantes, el primero es que todo factor añade riesgos extras y el segundo es el tiempo que puede tardar en cumplirse ese retorno superior.
- Sesgo contrarian automático: El enfoque de vender lo que ha subido y comprar lo que ha bajado reduce la dependencia de predicciones o “market timing”. En otras palabras, obliga a rebalancear cuando las emociones empujan en sentido contrario.
Desventajas y limitaciones
A pesar de sus varios puntos positivos, los ETFs de igual ponderación no son la panacea. Entre sus principales desventajas destacan:
- Costes de rebalanceo más altos: Mantener pesos iguales exige operaciones frecuentes, lo que genera mayores comisiones y spreads. En mercados con baja liquidez, esto puede erosionar el rendimiento neto
- Mayor volatilidad: El S&P 500 Equal Weight presenta una volatilidad anualizada promedio de 16.2%, frente al 14.6% del S&P 500 tradicional, y una beta de 1.06, lo que significa que se mueve ligeramente más que el mercado.
- Peor desempeño en mercados liderados por las “mega-caps”: Cuando las grandes empresas, independientemente del sector, marcan el ritmo, entonces los índices de igual ponderación tienden a quedarse atrás. Por ejemplo, en los últimos cinco años, el S&P 500 Equal Weighted acumuló un 90%, frente al 58% del S&P 500 por capitalización.
RSP VS SPY - Complejidad de gestión y tracking error: La réplica de un índice de igual ponderación requiere precisión en cada rebalanceo. Retrasos o desviaciones pueden causar diferencias con respecto al índice teórico, sobre todo en ETFs de menor volumen.
- Menor conveniencia en mercados emergentes o sectores pequeños: En estos entornos, el rebalanceo constante y la falta de liquidez pueden incrementar costos y volatilidad innecesariamente. Incluso algunos países desarrollados como Alemania o España, no tiene mercados lo suficientemente profundos como para que esta estrategia tenga costes operativos internos lo suficientemente bajos.
En resumen, la igual ponderación no elimina los riesgos del mercado, pero redistribuye el riesgo de forma distinta. Su comportamiento es cíclico: brilla cuando los sectores olvidados se recuperan y se rezaga cuando las grandes compañías dominan el ciclo. Por lo tanto, el exceso de rendimiento no es constante
¿Cuándo funcionan mejor los ETFs de igual ponderación?
La evidencia histórica y mi análisis indican que los ETFs de igual ponderación tienden a comportarse mejor en escenarios donde:
- Las “mega-caps” están sobrevaloradas o muestran señales de agotamiento. Momentum positivo pero decreciente. Tendencia sobreextendida.
- Se produce una rotación hacia empresas medianas y pequeñas.
- Los sectores cíclicos (industriales, materiales, consumo básico) recuperan protagonismo.
- El mercado se encuentra en etapas de corrección o lateralidad, donde las grandes no lideran.
En cambio, su rendimiento relativo empeora cuando el crecimiento se concentra en unas pocas acciones de alta capitalización, pero es difícil saber a ciencia cierta cuándo sucederá esto con anticipación. Las siguientes 4 gráficas muestran al SPY Vs el RSP (SP500 de igual ponderación) En diferentes mercados alcistas y bajistas.
En el mercado alcista más reciente, el SPY ha dominado, pero en el mercado alcista que apareció después de la caída de la Gran Crisis Financiera del 2008, el RSP fue el que llevaba la delantera. Algo similar pasó en los dos mercados bajistas correspondientes.
Una hipotésis podría ser que quien lidera el mercado alcista será el rezagado en el mercado bajista siguiente y la recuperación.
El rol táctico de la igual ponderación en la cartera
Los ETFs de igual ponderación no son una moda pasajera, sino una herramienta con fundamentos sólidos y décadas de datos que respaldan su validez.
Su objetivo no es batir siempre al mercado, sino ofrecer una exposición más equilibrada que reduzca la vulnerabilidad ante la concentración extrema y capture oportunidades en las compañías olvidadas.
No obstante, su uso depende del contexto y del perfil del inversor. Para quienes buscan replicar pasivamente el comportamiento general del mercado, sin preocuparse por los ciclos, los ETFs tradicionales siguen siendo el núcleo ideal. En cambio, los ETFs de igual ponderación resultan útiles como complemento o estrategia satélite para diversificar riesgos y equilibrar la cartera.
La igual ponderación puede ser una alternativa válida para quienes buscan diversificación más equilibrada y un potencial de rendimiento superior a largo plazo, pero debe evaluarse con cuidado antes de implementarla en una cartera indexada pasiva.