
Cada vez son más las ofertas de ETFs en el mercado y esta variedad a veces dificulta nuestras decisiones a la hora de elegir un ETF. Debido a ello, en este artículo vamos a enseñarte cómo elegir un ETF y qué factores debes de tener en cuenta.
Primero, hay que entender que un ETF (Exchange Traded Fund) es una especie de mezcla entre una acción y un fondo de inversión: por un lado, te da acceso a una canasta de activos diversificados, y por otro, puedes comprarlo o venderlo en cualquier momento durante la jornada bursátil, como si fuera una acción más.
En general, cuando hablamos de ETFs, nos estamos refiriendo a los llamados ETPs (Exchange Traded Products), que agrupan a diferentes tipos de instrumentos que cotizan en bolsa, como los ETFs tradicionales, ETNs y otros vehículos similares.
Antes de buscar el mejor ETF... define tu estrategia
Aquí es donde muchas personas fallan: empiezan por el producto, no por la estrategia. ¿Cuál es el problema? Que sin una metodología clara, terminan tomando decisiones basadas en corazonadas o en consejos aislados que no necesariamente se adaptan a su perfil.
Una estrategia de inversión sólida debe cumplir con tres criterios:
Una estrategia de inversión sólida debe cumplir con tres criterios:
- Historial probado (idealmente con backtesting confiable).
- Reglas claras que puedas replicar fácilmente.
- Compatibilidad con tu perfil de riesgo, horizonte de inversión y objetivos.
Y ojo con esto: riesgo y volatilidad no son lo mismo. Muchas veces se agrupan, pero en realidad tienen implicaciones diferentes en cómo va a comportarse tu portafolio en escenarios adversos o inciertos.
Al final del día, es tu estrategia la que va a definir qué ETFs te conviene comprar, cuándo entrar y cuándo salir. Sin ella, estás navegando sin brújula.
Al final del día, es tu estrategia la que va a definir qué ETFs te conviene comprar, cuándo entrar y cuándo salir. Sin ella, estás navegando sin brújula.
¿Qué tipo de estrategias puedo seguir con ETFs en México?
Es clave entender que no todos los ETFs funcionan igual para cada tipo de estrategia. Aquí te explico las más utilizadas por traders e inversionistas con experiencia —y lo más importante— que han mostrado buenos resultados en backtests reales.
1. Indexación pasiva: para quienes van a largo plazo
Si tu horizonte es de 10 años o más, esta puede ser tu estrategia base. ¿Qué necesitas? Tres cosas básicas:
- Diversificación amplia entre renta variable y fija.
- Rebalanceo periódico (por ejemplo, cada 6 o 12 meses).
- Aportaciones automáticas mes a mes.
Lo ideal es armar el núcleo de tu portafolio con ETFs que sigan índices globales o regionales: MSCI World, S&P 500, Nasdaq-100, bonos de gobierno, etc.
¿Quieres darle un giro? Puedes sumar ETFs de factores o smart beta como satélites. Por ejemplo, un ETF que siga empresas de baja volatilidad o alto dividendo puede darle un matiz táctico a tu cartera.
¿Quieres darle un giro? Puedes sumar ETFs de factores o smart beta como satélites. Por ejemplo, un ETF que siga empresas de baja volatilidad o alto dividendo puede darle un matiz táctico a tu cartera.
2. Estrategias de rotación: adaptarte al ciclo económico
Este enfoque táctico, del que se habla mucho en nuestra comunidad, busca mover el capital entre sectores, países o regiones según el entorno macro. Aquí se usan ETFs sectoriales, regionales o temáticos, como:
- Tecnología en crecimiento económico.
- Energía cuando suben los precios del petróleo.
- Mercados emergentes cuando hay debilidad del dólar.
La clave está en no sobrediversificar y elegir ETFs que se complementen bien entre sí.
3. Estrategias de momentum: automatización para evitar sesgos
Estas estrategias suelen funcionar bien en plazos cortos y medianos, pero tienen una condición: hay que automatizarlas. ¿Por qué? Porque si tomas decisiones discrecionales, te gana el sesgo emocional.
- En el corto plazo se usan ETFs que contienen derivados o instrumentos apalancados.
- Para el mediano, basta con ETFs tradicionales, pero con reglas claras de entrada y salida basadas en tendencia.
Un ejemplo sería rotar mensualmente entre los 3 ETFs con mejor rendimiento relativo de los últimos 6 meses.
4. Estrategias tácticas o tendenciales: cuando el análisis lo es todo
Aquí entramos a terreno más técnico. Algunas estrategias permiten backtesting confiable, combinando indicadores técnicos como medias móviles, fuerza relativa o incluso encuestas de sentimiento.
Otras se basan en fundamentos como:
Otras se basan en fundamentos como:
- PIB o inflación de ciertos países.
- Políticas de tasas de interés.
- Resultados corporativos.
Aunque puedes usar cualquier tipo de ETF, los más comunes aquí son:
- ETFs apalancados
- ETNs
- ETFs temáticos (como ciberseguridad, cannabis, inteligencia artificial)
- ETFs de commodities o ETCs
Cuidado con mezclar productos de nicho en estrategias pasivas
Por muy tentadores que parezcan, los ETFs temáticos o ultraespecializados no son buena idea para una cartera pasiva. ¿Por qué?
- Aumentan el riesgo de retornos aleatorios, difíciles de predecir.
- Exigen más análisis y atención, porque tienes que saber cuándo salir.
- Puedes entrar tarde, cuando el hype ya se descontó en el precio.
Este tipo de productos funcionan mejor como apuestas tácticas, no como parte del núcleo de tu portafolio.
Define tu horizonte temporal antes de invertir
Al igual que con cualquier otro instrumento financiero, cuando vas a invertir en ETFs es fundamental tener claro cuál es tu horizonte temporal, es decir, cuánto tiempo estás dispuesto o puedes dejar tu dinero trabajando con la estrategia que hayas elegido. No es lo mismo invertir pensando en usar ese dinero en un año, que construir una cartera para los próximos 15.
Algo que no se dice tanto pero es muy cierto: la Bolsa es un juego de probabilidades, no de certezas. Y aunque suene lógico, muchos lo olvidan. Puedes tener una estrategia con una probabilidad de éxito del 80%, pero si solo la aplicas una o dos veces, podrías tener la mala suerte de caer justo en el 20% restante. Por eso es clave poder repetir el “juego” muchas veces y, mejor aún, preguntarte desde el inicio cuántas veces vas a poder jugarlo. Eso te va a ayudar a elegir una estrategia que se adapte realmente a tu situación.
Además, hay que tomar en cuenta factores muy reales como los costos operativos, los impuestos y el tiempo que exige cada tipo de estrategia. Por eso, para la mayoría de los inversionistas mexicanos que buscan crecer su dinero a largo plazo sin tantas complicaciones, una cartera indexada pasiva bien estructurada suele ser la mejor opción. Es fácil de implementar, tiene bajo mantenimiento y se puede automatizar. Ideal si lo que quieres es dejar que el tiempo y el interés compuesto hagan su trabajo sin tener que estar pegado a las noticias del mercado.
Define tu perfil antes de escoger estrategia
Además del horizonte de inversión, hay dos variables que siempre deben ir alineadas con la estrategia que elijas: tu perfil de riesgo y tu tolerancia a la volatilidad.
El perfil de riesgo se refiere a qué tanto estás dispuesto a aceptar una pérdida permanente de tu capital. No es lo mismo ver una caída temporal en tu portafolio que saber que una mala decisión podría dejarte sin recuperar ese dinero. Por otro lado, tu perfil de volatilidad tiene que ver con tu capacidad emocional para soportar las subidas y bajadas del mercado en el corto y mediano plazo sin perder la cabeza ni abandonar tu estrategia.
Aquí es donde mucha gente se equivoca. Si eliges una estrategia más activa, como una de rotación sectorial o táctica, pero no aguantas bien las correcciones o tienes un horizonte corto, podrías terminar vendiendo en el peor momento solo porque no estás preparado para ver tu portafolio en rojo.
En cambio, las carteras pasivas indexadas con ETFs están pensadas justo para lo contrario: son estrategias de largo plazo que eliminan la necesidad de estar adivinando el mejor momento para entrar o salir. Hacen uso de aportaciones periódicas que promedian el costo de entrada y permiten que el interés compuesto haga lo suyo. Eso sí, hay que tener claro que las caídas van a llegar tarde o temprano, y si no estás mentalmente preparado, podrías romper tu plan justo cuando más conviene mantenerlo.
También es clave saber cuándo cambiar de enfoque. A medida que te acercas a una meta —como el retiro o la compra de una casa—, tu portafolio debería irse ajustando hacia una estrategia de conservación de capital, en lugar de seguir persiguiendo crecimiento agresivo. Mucha gente cae en la trampa de querer recuperar el tiempo perdido o suplir la falta de ahorro con expectativas de rendimientos exagerados. Y eso solo te lleva a tomar riesgos que no vas a poder manejar si el mercado se voltea.
Por eso, antes de invertir un solo peso, pregúntate honestamente:
¿Cuánto riesgo puedo asumir sin perder el sueño?
¿Cuánta volatilidad estoy dispuesto a tolerar sin tomar decisiones impulsivas?
¿Cuánto riesgo puedo asumir sin perder el sueño?
¿Cuánta volatilidad estoy dispuesto a tolerar sin tomar decisiones impulsivas?
Como regla general:
- Entre más joven seas, más capacidad tienes para tolerar volatilidad y asumir riesgos.
- Entre más alto sea tu nivel de ahorro, más flexibilidad tienes ante fluctuaciones del mercado.
- Entre más largo sea tu horizonte de inversión, más tiempo tendrás para recuperarte de cualquier bache.
Si decides seguir una estrategia pasiva con ETFs, asegúrate de aplicar estos pilares:
Diversificación entre renta variable y fija, aportaciones periódicas y rebalanceos regulares más visión a muy largo plazo. Así vas a tener una estrategia alineada con tu perfil y tus objetivos reales.
Elementos clave para elegir un ETF desde México
Una vez que tienes clara tu estrategia, tu horizonte temporal y tu perfil de riesgo, ahora sí toca entrar a detalle sobre cómo elegir un ETF que realmente se alinee contigo. Aquí te van los factores más importantes a revisar antes de invertir un solo peso.
- Comisión anual o TER (Total Expense Ratio)
El TER es el costo total que el ETF te cobra cada año por administrarlo, expresado como porcentaje. Incluye comisiones de gestión, custodia, auditoría y operativas internas. Por ejemplo, un TER del 0.50% equivale a $5 anuales por cada $1,000 invertidos. Entre más bajo, mejor, sobre todo si piensas hacer aportaciones periódicas y mantenerlo a largo plazo. - Tracking Error
El "error de seguimiento" mide qué tanto se desvía el ETF respecto al índice que busca replicar. Un tracking error bajo indica una réplica más precisa, lo cual es deseable en estrategias pasivas. Puedes revisar este dato en el folleto o página oficial del fondo.Cómo encontrar el Tracking Error de un ETF - Exposición y el índice que replica
Antes de invertir, revisa qué índice sigue el ETF y qué activos lo componen. ¿Está bien diversificado? ¿Tiene mucha concentración en unas pocas acciones? ¿Qué peso tienen ciertos sectores o países? Esto es esencial para que el ETF complemente bien tu portafolio y no dupliques exposición sin darte cuenta. Además, si el índice es nuevo o complejo, podrías enfrentarte a mayor rotación o dificultad para seguirlo fielmente. - Mercado y divisa en que cotiza
Muchos ETFs se negocian en mercados extranjeros como el NYSE o el LSE, y aunque los puedes comprar desde México a través del Sistema Internacional de Cotizaciones (SIC), hay costos importantes que debes considerar:- Comisiones por operación (que pueden variar mucho entre brokers como GBM+, Actinver o Kuspit).
- Comisión de custodia si aplica.
- Tipo de cambio, ya que algunos ETFs están denominados en USD o EUR.
- Horario del mercado origen, que puede afectar el spread o la volatilidad si el mercado de origen está cerrado mientras tú operas.
- Volumen de operación
Aunque los ETFs tienen creadores de mercado que aportan liquidez, es importante buscar fondos que tengan volumen suficiente. Esto no solo permite que tus órdenes se ejecuten más rápido, sino que también reduce la posibilidad de que el precio se aleje del valor real del fondo. - Spread (horquilla)
El spread es la diferencia entre el precio de compra y el de venta. Un spread amplio puede comerse parte de tu rendimiento sin que te des cuenta. En general, mientras más bajo el spread, mejor. Un spread bajo también indica mayor eficiencia y liquidez en el mercado donde cotiza el ETF. - Apalancamiento
Algunos ETFs utilizan apalancamiento para multiplicar el rendimiento del índice que replican, usualmente 2x o 3x. Aunque suena tentador, también se multiplican las pérdidas. Son productos más complejos y volátiles, recomendados solo para estrategias muy específicas y bien controladas. - Política de dividendos
Hay ETFs que reparten dividendos (de distribución) y otros que los reinvierte automáticamente (de acumulación). Si tu estrategia depende de ingresos recurrentes, busca los primeros. Si quieres crecimiento de capital y diferir impuestos, los segundos pueden funcionar mejor.
⚠️ Dato fiscal: si compras ETFs domiciliados en EE.UU. a través del SIC, recuerda llenar el formulario W-8BEN para que la retención del dividendo sea del 10% y no del 30%. Además, en México pagarás otro 10% adicional sobre dividendos al recibirlos. - Método de réplica
- Réplica física: el ETF compra directamente las acciones del índice. Es más transparente y fácil de entender.
- Réplica sintética: se usa un contrato (swap) con una institución financiera que garantiza replicar el índice. Puede tener ventajas fiscales, pero introduce riesgo de contraparte, aunque esto se regula bajo la norma UCITS (ninguna contraparte puede superar el 10% del fondo).
En resumen: busca ETFs con bajos costos, buena réplica del índice, volumen suficiente y que estén bien alineados con tu estrategia, horizonte y perfil. Evalúa también el mercado en que cotizan, su política de dividendos y el método de réplica. Todo esto, junto con una buena diversificación y aportaciones periódicas, te ayudará a mantenerte en el camino sin caer en decisiones emocionales.